Mateo 9:6
"Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa."
He aquí una de las artes más poderosas del gran Médico: ¡Él tiene poder para perdonar el pecado! Mientras vivía en la tierra, antes de que se pagara el rescate, antes de que la sangre hubiera sido literalmente rociada en el propiciatorio, tenía poder para perdonar el pecado. ¿No tiene poder para hacerlo ahora que ha muerto y resucitado?
¡Qué poder debe habitar en aquel que hasta el último centavo ha cumplido fielmente las deudas de su pueblo! Él tiene un poder ilimitado ahora que ha terminado la ¡Qué poder de perdonar está aquí! "Ha ascendido en lo alto, y ha recibido dones para los hombres". "Él es exaltado en lo alto para dar arrepentimiento y remisión de pecados". Los pecados más rojos son eliminados por el carmesí de su sangre. En este momento, querido lector, cualquiera que sea tu pecaminosidad, Cristo tiene poder para perdonar, poder para perdonarte y para darte gracia.
No tienes nada más que hacer para ganar el perdón; todo el trabajo expiatorio está hecho. Él puede, en respuesta a tus lágrimas, perdonar tus pecados hoy, y hacerte consciente de ello. Él puede exhalar en tu alma en este mismo momento una paz con Dios que sobrepasa todo entendimiento, que surgirá de la perfecta remisión de tus múltiples iniquidades. ¿Crees eso? Confío en que tú lo creas. ¡Ahora puedes experimentar el poder de Jesús para perdonar el pecado! No pierdas tiempo en acudir al Médico de las almas, ven a Él con una oración similar a esta:
"Jesús, Maestro, escucha mi clamor: sálvame, sálvame con una palabra, me rindo a tus pies, y me arrepiento. Pecador soy, pero confío en tí, que has vencido a la muerte y al pecado. Confieso que creo en tí y que resucitaste. Te recibo en mi vida como mi Salvador único y mi Señor. Así sea."
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