domingo, 18 de marzo de 2018

A PESAR DE TODO, TE ALABARÉ



Job 35:10
"Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor,
Que da cánticos en la noche"


Cualquier hombre puede cantar en el día. Cuando la copa está llena, el hombre se inspira en ella. Cuando la riqueza rueda en abundancia a su alrededor, cualquier hombre puede alabar al Dios que da una cosecha abundante o envía a casa una carga de bendiciones. Es bastante fácil para un arpa eólica susurrar música cuando sopla el viento; la dificultad es que la música se hinche cuando el viento no se mueve... 


Es fácil cantar cuando podemos leer las notas a la luz del día; pero es hábil quien canta cuando no hay un rayo de luz para leer, el que canta desde su corazón. Ningún hombre puede hacer una canción en la noche por sí mismo; puede intentarlo, pero encontrará que una canción en la noche debe ser divinamente inspirada. Cuando todo vaya bien, puedo tejer canciones, confeccionarlas donde sea que salga de las flores que crecen en mi camino; pero ponme en un desierto, donde no crece lo verde, ¿y con qué voy a enmarcar un himno de alabanza a Dios? ¿Cómo puede un hombre mortal hacer una corona para el Señor donde no hay joyas? Deja que esta voz sea clara, y este cuerpo lleno de salud, y yo puedo cantar la alabanza de Dios, pero qué difícil es cuando hay enfermedad, cuando hay depresión y circunstancias difíciles. No, no está en manos del hombre cantar cuando todo es adverso, a menos que un trozo de divino carbón toquen su labios. 

Habacuc fue quien escribió: "Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento,
y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación"


¡Oh, músico en jefe, que no nos quedemos sin cantos cuando la aflicción esté sobre nosotros, danos tu inspiración para que podamos cantarte y adorarte siempre, así sea!

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