sábado, 31 de marzo de 2018

PRINCIPIOS BÁSICOS



Hageo 1:9
"Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa."


Muchas personas (cristianas) son corruptas. Hacen trampa. El dinero es su debilidad. Su excusa es que deben cuidar de sus propias familias, y olvidan que descuidar los mandatos de Dios es la forma segura de traer la ruina a sus propias casas. Nuestro Dios tiene un método de providencia mediante el cual podemos tener éxito en nuestros esfuerzos más allá de nuestras expectativas, o también hacer que se frustren los planes para nuestra confusión y consternación; con un giro de su mano puede dirigir nuestra nave en un canal rentable o encallarla en la pobreza y la bancarrota. 


Es la enseñanza de las Escrituras que el Señor da y quita de acuerdo a lo que es mejor para cada quien y lo que hará que cada quien vuelva a Sus caminos. En una esfera de observación muy amplia, he notado que los cristianos más generosos que conozco han sido siempre los más felices y casi invariablemente los más prósperos. He visto al donante liberal elevarse a la riqueza de lo que nunca había soñado; y he visto con frecuencia que la mezquina y poco generosidad hace descender a la pobreza a los que sólo piensan en sí mismos. 

El egoísmo se ve primero en casa, pero la piedad busca primero el reino de Dios y su justicia, ya que a la larga el egoísmo es pérdida, y la piedad es gran ganancia. Se necesita fe para actuar con la mano abierta hacia nuestro Dios, porque se lo merece; y todo lo que podemos hacer es un reconocimiento (que se queda corto) de nuestro asombroso endeudamiento por su bondad.

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