miércoles, 21 de marzo de 2018

YA NO VIVIENDO PARA SÍ



2 Corintios 5:14
"Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;"


¿Cuánto le debes a tu Señor? ¿Alguna vez ha hecho algo por ti? ¿Ha perdonado tus pecados? ¿Te ha cubierto con un manto de justicia? ¿Ha puesto tus pies sobre una roca? ¿Ha establecido tu morada celestial? ¿Ha preparado el cielo para ti? ¿Te ha preparado para el cielo? ¿Ha escrito tu nombre en su libro de la vida? ¿Te ha dado infinitas bendiciones? ¿Acaso ha guardado para ti una tienda de misericordias, que ojo no ha visto ni oído oído? Entonces haz algo por Jesús digno de su amor. 


Cómo te sentirás cuando venga tu Maestro, si tienes que confesar que no hiciste nada por Él, pero mantuviste tu amor encerrado, como un charco estancado, que no fluye hacia su hogar o hacia su trabajo. ¡No queremos un amor como ese! ¿Qué piensan los hombres de un amor que nunca se muestra en acción? Por qué, dicen, "la reprensión abierta es mejor que el amor secreto". ¿Quién aceptará un amor tan débil que no lo lleve a una sola acción de abnegación, de generosidad, heroísmo o celo? ¡Piensa cómo te ha amado y se ha entregado por ti! ¿Conoces el poder de ese amor? Entonces déjalo ser como un poderoso viento impetuoso para que tu alma pueda barrer las nubes de la mundanalidad y despejar las brumas del pecado. 

"Por amor de Cristo" sea esta la lengua de fuego que se posa sobre tí. El amor debe dar alas a los pies del servicio y fuerza a los brazos del trabajo. Reparados en Dios con una constancia que no debe ser sacudida, decididos a honrarlo con una determinación que no debe desviarse, y sirviendo con un ardor que nunca se cansará, manifestemos las expresiones del amor a Jesús. Es poco lo que podemos dar, pero demos todo lo que podamos a su Reino acá en la tierra. Así sea.

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