Isaías 40:11
"Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas."
Nuestro buen Pastor tiene en su rebaño una variedad de ejemplares, algunos son fuertes en el Señor y otros son débiles en la fe, pero Él es imparcial en su cuidado por todas sus ovejas, y el cordero más débil es tan querido para Él como el más avanzado del rebaño. Los corderos suelen demorarse, tienden a vagar, y tienden a cansarse, pero de todo el peligro de estas enfermedades el Pastor los protege con su brazo de poder. Él encuentra almas recién nacidas, como corderos jóvenes, listas para perecer, las alimenta hasta que la vida se vuelve vigorosa; encuentra mentes débiles listas para desmayarse y morir; las consuela y renueva su fuerza.
No es la voluntad de nuestro Padre celestial que cualquiera perezca. ¡Qué ojo rápido debe tener para verlos a todos! ¡Qué corazón tan tierno cuidar de todos nosotros! ¡Qué brazo tan poderoso y de gran alcance reunirnos a todos! Durante su vida en la tierra, fue un gran recolector de los más débiles, y ahora que mora en el cielo, su corazón amoroso anhela a los mansos y contritos, a los tímidos y débiles, a los temerosos y a los desfallecidos que se encuentran abajo. ¡Con cuánta gracia eficaz me obligó a volver a Él! Desde mi conversión, ¡cuán frecuentemente me ha restaurado de mis andanzas, y una vez más me ha protegido dentro del círculo de su brazo eterno! Lo mejor de todo es que lo hace todo personalmente, no delegando la tarea del amor, sino llevándose a sí mismo arescatar y preservar a su sirviente más indigno. ¿Cómo lo amaré lo suficiente o serviré?
Quisiera hacer grande su nombre hasta los confines de la tierra, pero ¿Qué puede hacer mi debilidad por él? Gran Pastor, agrega a tus misericordias un corazón para amarte como debería. En el nombre de Jesús, amén.
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