Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 2 de marzo de 2018
LLAMADO
Romanos 8:30
"Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó."
En la segunda epístola a Timoteo, capítulo 1, versículo 9, están estas palabras: "Quien nos salvó y nos llamó con un llamado santo". Es "un llamado santo, no según nuestras obras, sino según su propio propósito y gracia". Este llamado prohíbe toda confianza en nuestros propios actos, y nos conduce a Cristo solamente para la salvación, pero luego nos purga de obras muertas para servir al Dios vivo y verdadero. Como el que te llamó es santo, así debes ser santo. Si estás viviendo en pecado, no eres llamado, pero si eres verdaderamente de Cristo, puedes decir: "Nada me duele tanto como el pecado; deseo librarme de él; Señor, ayúdame a ser santo". ¿Es esto el deseo de tu corazón? ¿Es este el tenor de tu vida hacia Dios y su voluntad divina?
Nuevamente, en Filipenses 3:13-14, se nos dice "El gran llamamiento de Dios en Cristo Jesús". ¿Entiendes entonces que tu llamado es una vocación elevada? ¿Ennobleció tu corazón y lo puso en las cosas celestiales? ¿Ha elevado tus esperanzas, tus gustos, tus deseos? ¿Ha levantado el tenor constante de tu vida, para que la gastes con Dios y para Dios? Otra prueba que encontramos en Hebreos 3:1 dice: "Partícipes del llamamiento celestial". Llamada celestial significa un llamado del cielo. Si solo el hombre te llama, estás fuera de lugar. ¿Es tu llamado de Dios? ¿Es un llamado del cielo y al cielo? A menos que seas un extraño aquí, y el cielo sea tu hogar, no has sido llamado con un llamado celestial; porque aquellos que han sido llamados así, declaran que buscan una ciudad que tenga fundamentos, cuyo constructor y creador es Dios, y ellos mismos son extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
¿Es tu llamado así de santo, alto, celestial? Entonces, amado, has sido llamado por Dios, porque tal es el llamado con el cual Dios atrae a sus hijos. ¡Date por dichoso, y responde a ese llamado!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario